La rehabilitación protésica de mutilaciones faciales y orales
La prótesis maxilofacial es una especialidad de la Odontología muy poco conocida y desarrollada alrededor del mundo, que cada vez ha encontrado mayor campo de trabajo debido al aumento en los índices de cáncer en la población. Dicha especialidad se dedica exclusivamente a la rehabilitación protésica de los pacientes que han perdido alguna porción de tejido o presentan anomalías congénitas del área craneofacial cuando la cirugía reconstructiva no es una opción o no tendrá un buen pronóstico. Los defectos que se rehabilitan son muy variables en forma y tamaño, pudiendo ser desde alteraciones estéticas menores hasta defectos tan grandes que limitan sus funciones e impiden la interacción social. El manejo y la rehabilitación de estos pacientes están enfocados no solo a restaurar la estética y funciones perdidas, sino también a procurar el bienestar psicológico y social de los pacientes, con el único objetivo de mejorar su calidad de vida.
A lo largo de la historia el hombre ha buscado siempre reponer lo que ha perdido y muestra de esto son los diversos descubrimientos que se han hecho en tumbas egipcias donde se recuperaron dispositivos que simulaban ser partes humanas, tales como ojos, narices y dedos, entre otros, con el único fin de reponer algún miembro que se había perdido. Pero estos dispositivos no solo les permitían recuperar la apariencia física o mejorar su interacción social, ya que su religión les requería que los cuerpos fueran enterrados lo más completos posibles para que de esa manera pudieran encontrar serenidad en la vida eterna, encontrando su utilidad aún después de la muerte.
No fue sino hasta el siglo XVI cuando verdaderamente el arte de imitar los tejidos faciales perdidos tomó auge, siendo la mayor población afectada los soldados heridos en batalla, a los cuales se les buscaba reintegrar a la sociedad utilizando prótesis fabricadas de diversos materiales como cuero, oro, cobre, plata, hule o metal. Estas prótesis se adherían al cuerpo mediante cintas o gomas mientras el aspecto físico se restauraba con la imitación de la forma y color en algún grado.
Este sentimiento humano que buscaba devolver la calidad de vida a los afectados y los constantes intentos por simular la morfología humana son lo que dan lugar al nacimiento de una especialidad que se encargaría de cubrir todos estos aspectos: la Prótesis Maxilofacial.
El campo de rehabilitación de la Prótesis Maxilofacial es muy amplio y se puede dividir en cuatro áreas: cráneo, cara, boca y otras partes del cuerpo. Como breve resumen se pueden citar los diferentes tipos de prótesis que se realizan, los cuales incluyen craneoplastías, prótesis de huesos faciales, prótesis de pabellón auricular, ojo, órbita, nariz, labio, dedos, manos y casi cualquier parte del cuerpo. En relación al área intraoral, la intervención de esta especialidad es de suma importancia para rehabilitar a pacientes que carecen de porciones de paladar duro, blando, mandíbula y fisuras que permiten una comunicación oroantral, resultando todas estas en el notable detrimento de diversas funciones tales como la masticación, deglución, fonación y respiración.
La intervención de Prótesis Maxilofacial representa un complemento de gran ayuda cuando otras áreas encuentran alguna limitante, cabe mencionar como ejemplo los casos de cirugías resectivas extensas que resultan en defectos amplios imposibles de reconstruir (defectos faciales y de órbita), áreas anatómicas sumamente complejas (pabellón auricular) o zonas donde el pronóstico de éxito quirúrgico al reconstruir es muy reservado (defectos palatales). La rehabilitación de cada uno de estos casos representa una tarea sumamente complicada, la cual requiere indiscutiblemente del trabajo en equipo de diversos especialistas (dentistas, cirujanos maxilofaciales, neurocirujanos, oncólogos, cirujanos plásticos, terapistas del habla, psicólogos, etc.) para lograr los mejores resultados posibles, con el único objetivo de devolver o mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados.